La inflamación no es nada más que una respuesta autoinmune natural. Es síntoma de estrés dentro de nuestro cuerpo, señal de que algo va mal. Cuando una bacteria o virus entra, el cuerpo reacciona atacando con una inflamación sistémica, afectando a los órganos y estructuras internas. Como cuando nos torcemos el tobillo y se hincha debido a una inflamación localizada.
El mal de muchos en el siglo XXI es una inflamación crónica, es decir, prolongada por una constante exposición a la contaminación, el tabaco, la falta de sueño, el estrés o una alimentación alta en harinas refinadas, azúcares y carnes rojas, pero con escasa cantidad de frutas y verduras.
Estudios demuestran que estos grados de inflamación pueden ser la causa de futuras enfermedades cardiovasculares, demencia, dolor crónico, y problemas gastrointestinales. La buena noticia es que la mayoría de los procesos inflamatorios se pueden controlar con la ayuda de una alimentación.
No se trata de una dieta de moda ni de revista, si no todo lo contrario, es un tipo de alimentación basada en evidencia científica que reúne los nutrientes y componentes que ayudan a evitar o disminuir procesos inflamatorios en el cuerpo.
En este programa de 21 días se incluyen alimentos que poseen nutrientes que producen un efecto antiinflamatorio probado con el que estamos seguros sentirás una mejoría increíble en tu calidad de vida.